CONCIERTO PARA EL BIOCENO – EL ESCORIAL

  • Una creación para el 250º aniversario del Teatro Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial
  • Concierto para plantas como propuesta simbólica de un cambio de paradigma
  • Vídeo monocanal de 6’ 54’’y serie de 6 fotografías

El teatro Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial celebra su 250 aniversario con una obra de su conocida serie Concierto para el Bioceno, una creación de Eugenio Ampudia comisariada por Blanca de la Torre.

La obra, que se presentó por primera vez en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y comienza ahora su recorrido de presentación, en diferentes versiones, en instituciones y bienales internacionales, se creó como acción simbólica a modo de punto de partida para reformular el presente, del cambio de paradigma que daría arranque a la nueva era post-covid.

A diferencia de la presentación en la ópera barcelonesa, en que el público era exclusivamente vegetal, en esta ocasión las plantas compartirán butacas con un selecto grupo de espectadores. Esta audiencia híbrida, en alusión a la importancia de la coexistencia interespecies como parte de un cambio de paradigma, disfrutará de Musica Notturna delle Strade di Madrid Op. 30 nº6, de Luigi Boccherini, a manos de una orquesta de 10 o 12 músicos.

Estudios científicos recientes sobre el comportamiento de las plantas revelan que son organismos capaces de reaccionar de manera sensitiva a estímulos sonoros, y numerosos pensadores y científicos han desarrollado teorías relevantes en torno a la sofisticación de la inteligencia vegetal, como Michael Marder o Stefano Mancuso. En el caso del primero, desarrolla una elaborada teoría en torno a lo que considera como “plant-thinking”, asignando a las plantas la capacidad de desarrollar su propio modo de filosofar. Para Mancuso, a pesar de que las plantas no están preparadas para escuchar música, sí perciben sonidos y frecuencias, así como tienen una gran capacidad de comunicación.
A esta comunicación e interdependencia es a la que alude Ampudia, apelando a
a la cooperación, la empatía y la coexistencia interespecies, como único camino ante el cul-de-sac que supone la crisis climática.

El término Bioceno al que alude el título de esta serie, forma parte de la tesis de investigación de Blanca de la Torre, un término acuñado como alternativa al de Antropoceno. Este último, popularizado en el umbral de este milenio por el premio nobel de Química Paul Crutzen, sustituiría al del periodo anterior, conocido como Holoceno, y reconocería al ser humano como responsable del estado de degradación del planeta.
Ante las connotaciones del popular término, que parece eludir las implicaciones políticas, económicas y especialmente coloniales del deterioro ecológico del planeta, y distribuir injustamente la responsabilidad de manera homogénea entre todos los “anthropos”, han aparecido multitud de conceptos alternativos. Algunos de los más conocidos son el Euroceno propuesto por Peter Sloterdijk o el Capitaloceno, acuñado por Andreas Malm y Jason Moore, y muy extendido por Donna Haraway.
En el caso del Bioceno, se aspira a un cambio de paradigma y apela al comienzo de una nueva era que sitúe la vida en el centro. Para ello es necesario un giro copernicano que conecte con el pensamiento posthumanista, línea donde se sitúa el “Concierto para el Bioceno”, pues una de las tareas del arte y la estética contemporáneas ha de ser la de promover nuevas alianzas entre entidades humanas y no humanas que reconozcan la importancia de las dependencias entre especies que inaugure una nueva era de verdadero compromiso ecosocial.