- Instalación de luz para la fachada del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid
- Focos, temporizadores y circuito electrónico
Se trata de una intervención luminosa que invade los vanos de la fachada del museo a partir de una serie de leds que emiten la señal internacional de socorro en código morse. Tres puntos, tres rayas y otros tres puntos. S.O.S.
Este mensaje de auxilio, emitido por una institución cultural – y pública- se convierte así en el signo de la contemporaneidad. Signo inestable y señal intermitente. Intermitente, como el contenido que alberga el propio museo, un contenedor de arte que de por sí se ha acostumbrado a vivir en ese estado, ese de permanente inconstancia.
El artista, como un agente intermediario de lo colectivo, lanza así una petición de ayuda hacia una cultura agonizante, en un lenguaje básico como el morse, un lenguaje universal, como el que el arte pretende ser. En realidad el arte siempre ha emitido señales, pero en situaciones de emergencia se hace necesario buscar algo mas directo, tal vez incluso teniendo que recurrir a lo literal.A la vez apela al gesto de la impotencia, a esa petición de ayuda que en realidad viene emitiéndose largo tiempo ya, y la respuesta siempre es la del barco que sabe que va a naufragar, que el faro continua apagado, que el rescate no va a producirse. Que la única respuesta posible es la del sistema, cuya contestación no se traduce más que en indiferencia y beneficio personal.
Un augurio de un final que se avecina o lo que es aun peor, un endémico canto del cisne en modo de intermitente réquiem.
Blanca de la Torre